lunes, 13 de agosto de 2018

Trinidad 4. La casa de Las Cortes

    Siempre la conocí como la casa del bar Las Cortes. Para otros era la de la Academia Oxford o la del club de empresa de Tabacalera. Pero para quienes apreciamos nuestras calles, es un rincón con encanto que, pese a estar en la Plaza del Marqués, pasa inadvertido desde hace décadas tras la torre vecina. 
    El anuncio que sobre una próxima intervención cuelga de la fachada hace días, aconseja dedicarle un tiempo de contemplación. Es posible que durante la rehabilitación cambie algo de su remate de balaustrada, verja y copones. 
Fachada a la Plaza del Marqués. Un frente en el que se aprecia claramente que el cuerpo central y las esquinas son las originales y los miradores son posteriores
   El edificio tiene tres fachadas. La frontal mira a la Plaza del Marqués, otra lateral más vistosa y con la entrada a las viviendas mira a la calle Trinidad y una tercera discreta y sin ornamentación al Callejón Veintisiete de Diciembre. Nombre este último que conmemora la fecha de aprobación de la traída de agua a la ciudad desde el manantial de Llantones.
Fachada a la calle Trinidad. El ladrillo visto en la construcción es un rasgo innovador. 
Sus diferencias decorativas hacen pensar en casas colindantes lo que desmiente un trazado interior organizado como vivienda habitual. 

     El propietario Demetrio Fernández Castrillón, empresario maderero de gran importancia en la industrialización gijonesa desde 1870, solicita la licencia de construcción en 1900 para este inmueble con proyecto del Maestro de Obras Benigno Rodríguez. 

  De la empresa de Fernández Castrillón, sita en el Natahoyo, cuya madera  manufacturada era la base de la construcción, embalajes y tonelería, tendidos eléctricos, ferroviarios y telefónicos y un sinfín de utensilios y herramientas de uso cotidiano, se conserva para el recuerdo la gran chimenea de su horno frente a la playa de Poniente. 





  En su diseño vemos parapetos superiores de filigrana, molduras, curiosas piezas metálicas del alumbrado público, copones, adornos vegetales y geométricos, recercos de ventanas, pilastras, repisas... todo un repertorio para mirar con detenimiento. 

Aplique de alumbrado público

 

Se conservan seis copones
adornando el frente


    Fue un edificio muy popular en la zona. En el bajo estuvo durante años una frutería. Pasó más tarde a ser el bar Las Cortes que permaneció abierto hasta bien entrados los años ochenta del pasado siglo.  
   Sus viviendas tuvieron además otros usos. En el primero tuvo su sede el grupo de empresa de Tabacalera, un local social para reuniones, ocio, compras en cooperativa al estilo economato, etc. Su cartel en el balcón me lo recordaba hace días un sucesor de la Confitería La Marina situada enfrente. 
    También fue sede de la Oxford Academy un tiempo.



Aunque lleva décadas cerrado, ahí sigue su
toldo y su nombre
Preciosa puerta de cuarterones,
montante de forja y aldaba  de león 
En varias ventanas aún resisten los cristales 
con sus dibujos al ácido  
Los timbres de antes, otra pieza casi desaparecida  
Foto de Constantino Suárez. Prueba ciclista en 1926.
Al fondo algo difuminado el edificio de Trinidad 8 (hoy es el nº4)   

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Vuestras opiniones, observaciones, sugerencias.... siempre son bienvenidas.  

3 comentarios:

  1. muy documentado y oportuno. Habrá que esperar qué resulta de la remodelación

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  2. Muy buen trabajo, para guardar memoria de la ciudad y para disfrutar, gracias Javier.

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  3. Dulce y Javier, gracias por vuestros comentarios. Me alegro que os haya interesado la entrada. Un saludo. Pepa

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