Entre los comercio o negocios antiguos de larga estancia en nuestras calles, unos pocos sobreviven, otros han dejado su rastro en las fachadas y otros subsisten gracias a la diligencia y esmero de particulares que han conservado instalaciones, mobiliario y enseres.
ALMACENES LA SIRENA, tienda de PAÑERÍA - SEDERÍA - LANERÍA - CONFECCIONES - ALGODONES en CORRIDA, 81 - MOROS, 56. Así se anunciaba en los periódicos de la época .
Se encontraba en un edificio proyectado en 1919 por el arquitecto Manuel del Busto para acoger los grandes almacenes textiles de José Arias Menéndez. Va desde la calle Corrida a la de Moros y actualmente está ocupado por Zara. No obstante, sigue exhibiendo sus grandes letreros azulejados sobre la cornisa.
Letreros de azulejos que se ven desde la calle de Moros y desde la calle Corrida |
La Sirena. Calle Corrida 57 |
La Sirena en su primera época. Cuando junto a los mostradores había sillas para sentarse mientras se decidía qué tejido elegir. Hª de Gijón en fotografías, S. XX de Juan M. Merino "Juanele" |
La fachada más desconocida. Calle Moros 42 |
LA PUERTA DEL SOL es una tienda tradicional que, después de la rehabilitación del edificio, mantuvo su estilo original. Este negocio de ultramarinos fue fundado por José Vega en 1921 a su llegada de Cuba, donde había regentado uno similar.
Última casa de San Bernardo, esquina a Carretera de la Costa |
Las estanterías hasta el techo, el mostrador, reloj, columnas y colocación de productos reproduce la tienda antigua |
Los cestos siempre formaron parte de la tienda |
Anuncio de 1925 |
Fue durante años una parada obligada para la gente de la aldea porque vendía aperos agrícolas, rastrillos, palas, bastones, fesorias, madreñas, cestos de todas clases..... Y para la gente menuda que compraba regaliz de palo.
Sidra, botijos y madreñas junto a los productos de la tierra |
Al frente sigue la tercera generación de la familia Vega. Alfonso, nieto del fundador y sobrino de Pepe Vega que la regentó durante casi cincuenta años, se encarga de mantener el mismo aspecto de los primeros tiempos.
Otro lugar entrañable al que hay que acercarse y en el que tenemos un pedazo de la historia local prendido en las paredes. Ver junto al mostrador la magnífica fotografía de Pepe Vega, nos traslada inevitablemente al pasado.
La interesante fachada azulejada de San Bernardo 29, ante la que tantas veces se pasa sin reparar en su revestimiento de cerámicas de Talavera, perteneció a la tienda-exposición de la FÁBRICA DE VIDRIOS LA INDUSTRIA.
Tienda de la desaparecida fábrica de cristales de Begoña |
Ninguna fábrica de vidrios española del siglo XIX superó a La Industria, de "Cifuentes, Pola y Cía", de Gijón, en número, variedad y calidad de sus productos. Fundada en 1844, su vida perduró hasta nuestros días..... Así comienza el libro y catálogo editado en 1991 por el Museo de Bellas Artes de Asturias, "Arte e Industria en Gijón (1844-1912)".
Este local se abre hacia 1925 |
Antes del nº 29 tuvo el nº 55 |
La firma de J.Ruiz de Luna Talavera |
Aunque tras esta fachada hayan desfilado diversos comercios, entre ellos el de vajillas de la vecina ferretería Vasco Asturiana, sus óvalos anunciadores siguen recordando los artículos de cristal, loza y porcelana que producía la fábrica La Industria.
Izquierda: marco azulejado del escaparate que refleja la casa de Almacenes Simeón Arriba: zócalo decorado formando una greca |
Las azulejos en amarillo, dorado, blanco y cobalto, representan un diseño clásico de grecas, capiteles jónicos, zócalos, vegetación.....
Abajo a la derecha se puede ver el nombre J. Ruiz de Luna de Talavera. Un ceramista que dejó su impronta en Gijón como podemos ver en la Gota de Leche, el Hogar Maternal o los rótulos de las calles.
La LIBRERÍA PARADISO tuvo su primera ubicación en Cimadevilla junto al entonces cine Brisamar, donde abrió en 1976. Se trasladó a la calle La Merced en 1978 y este local, ya desde sus comienzos, recordó una vieja librería. El edificio centenario que ocupa, los suelos de madera en sus tres niveles, las columnas de fundición, los altos techos.... todo ello contribuye a darle ese aire antiguo que la hace tan acogedora.
Una de las columnas de hierro fundido. Sobre el mostrador una antigua caja registradora |
Entre los cuadros y figuras de los estantes está el letrero de la droguería cuyo almacén ocupó Paradiso |
Paradiso en la calle La Merced 28. Incluso las verjas correderas empiezan a desaparecer |
Mientras me documentaba para hacer esta entrada, Adrián Ausín publicó "Gustos Paradisíacos" en su blog Campo y Playu de El Comercio, un artículo sobre José Luis y Chema, el alma de Paradiso.
De la FERRETERÍA VASCO ASTURIANA desaparecida en 1986, en cuyos locales se encuentran hoy la Librería Central y el Hotel Alcomar, se conservan las columnas de la fachada con curiosos dibujos de herramientas y objetos de ferretería.
En el membrete de sus albaranes se anunciaba, ferretería y quincalla, loza y cristal, herramientas para ferrocarriles y carreteras y material sanitario.
En el membrete de sus albaranes se anunciaba, ferretería y quincalla, loza y cristal, herramientas para ferrocarriles y carreteras y material sanitario.
Ferretería Vasco-Asturiana en 1931 Foto de Constantino Suárez cedida por el Museo del Pueblo de Asturias |
Librería Central en San Bernardo 31 |
Los azulejos decorados con piezas de venta en la ferretería servían tanto de anuncio como de decoración. Se ven en el primer piso de la Librería Central.
El edificio de la calle San Bernardo fue proyectado por el arquitecto Manuel del Busto en 1919 para la Sociedad Ayesta, Iglesias y Cía, propietaria del negocio.
Candados y llaves |
Llamadores y aldabas de portal, cafetera, palmatoria, jarra, tenazas..... |
Martillos, plomadas, alicates, berbiquís.... |
Cazo, chocolatera, garcilla, un portacomidas tras la alarma.. |
En 1940 el mismo arquitecto proyecta para la parte de atrás de la ferretería, en la calle Cabrales, otro edificio con estilo diferente para ser utilizado como almacén. Actualmente lo ocupa el Hotel Alcomar.
Fachada del Hotel Alcomar en el antiguo almacén. |
Cuando la ferretería cerró sus puertas, el local de la calle San Bernardo fue ocupado por Ferlux. Este comercio de electricidad e iluminación puso su nombre en el frontón que durante años había anunciado la ferretería.
Tras una importante reforma pasa a ocuparlo la Librería Central.
Los 100 años de vida han desgastado seriamente las columnas azulejadas de San Bernardo, lo que obliga de forma urgente a dedicarle una detenida mirada. También a los dos interesantes edificios de Manuel del Busto.
La MERCERÍA GONZÁLEZ lleva en la esquina de la calle San Antonio con Santa Lucía más de siete décadas. El nombre de González viene de la antigua propiedad que lo regentó casi cuarenta años. Ana, la actual titular del negocio lleva al frente desde los noventa.
Los escaparates de este comercio tradicional, siempre con prendas de lencería, pijamas, batas y camisones y ropa infantil, han mantenido a través de los años su característico estilo clásico.
Esquina de San Antonio con Santa Lucía |
Una marca en el umbral de la entrada. A la izquierda las elegantes molduras del techo |
Además de la columna de mármol y el mostrador antiguo, tiene interés el revestimiento de estanterías de madera curvas adaptadas a la forma del espacio.
También son interesantes y ya difíciles de encontrar, las letras doradas que rotulan los escaparates.
En uno de los bajos comerciales del edificio racionalista de Manuel del Busto, en la plaza del Parchís, abrió Manuel Sierra en 1940 un negocio de camisería a medida llamado SIERRA.
Casi ochenta años después esta tienda ha ido evolucionando hasta convertirse en un elegante comercio con un aire decididamente inglés.
Además de las prendas de abrigo a la vista que el cambio de estación ha impuesto hay que fijarse en el bien conservado mobiliario de madera |
SIERRA 1940 es una tienda que gusta no sólo a quien disfruta con las prendas de calidad y la ropa exclusiva hecha impecablemente, sino también a quienes disfrutan con la decoración de interiores, los muebles nobles, y los detalles curiosos y de buen gusto.
La escalera central flanqueada por vitrinas parece dirigirse a un bus londinense |
Arriba, el logotipo de la casa que va impreso en todas la prendas exclusivas. Derecha, tras la bicicleta se ve la chimenea que junto con la madera y las luces le da a la tienda un aspecto cálido |
Entre otras muchas curiosidades están las estrechas bandejas para ordenar las prendas pequeñas que forman parte del cuidado mobiliario de castaño |
Para saber más de esta interesante tienda podemos visitar su página web. En ella se ve la gran variedad de prendas de diseños únicos, fabricadas en Italia o Inglaterra, que son exclusivas de la casa.
Otro de los negocios que afortunadamente heredó materiales y muebles del local anterior fue el CAFÉ DE MOROS. Ubicado en SINGER, la antigua tienda-taller de máquinas de coser de la calle de los Moros.
Desconozco el año de apertura, sin duda anterior a 1936 como demuestran las fotos antiguas.
Peldaño de mármol de la calle Moros |
Anagrama de Singer en la vidriera interior |
Interior del Café de Moros. Conserva las patas de las máquinas de coser bajo las mesas, sillas de diferentes hechuras, la vitrina del taller al fondo y la espectacular vidriera central |
Curiosas sillas con cajetín trasero para los útiles de costura.Detalle de las S en los adornos de la parte alta del armario |
Armario de caoba con la S de Singer tallada en la parte de arriba |
Más de sesenta años funcionó la Casa Singer en Gijón. Aún sigue en el recuerdo de mucha gente la imagen de jóvenes aprendiendo a coser con las máquinas al otro lado de la cristalera. En primer plano junto a las ventanas se presentaban las prendas confeccionadas que se ponían a la venta. Era academia y tienda.
En la fundición de los astilleros Riera, Menéndez y Cía se fabricaban también, a principios del siglo XX, las columnas de hierro para la construcción de los edificios |
El Café de Moros desde otro ángulo. Se aprecian las máquinas de coser bajo las mesas. |
Otro rincón del Café en el que se ven las diferentes sillas y el zócalo de madera original |
Café de Moros en un edificio centenario muy bien conservado |
En esta foto proporcionada por la Fototeca del Museo del Pueblo de Asturias, se ven los cristales protegidos con cintas adhesivas para evitar que las vibraciones los rompiesen durante los bombardeos |
Máquinas Singer cierra el negocio en los primeros meses de 1996. Poco después lo reabre como café una empresaria local que conserva parte de la decoración original y del mobiliario de la tienda. Esta afortunada iniciativa da como resultado un auténtico regalo para Gijón, un café antiguo.
Aunque ya han transcurrido más de veinte años y el café ha cambiado de manos, mantiene su carácter tradicional. Uno de los pocos cafés que, como los del siglo pasado, invita a la tertulia.
Como final, unas imágenes que ya sólo son familiares para una parte de la población.
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Vuestras opiniones, observaciones, sugerencias.... siempre son bienvenidas.
Emocionada me dejas cada vez que veo un nuevo reportaje tuyo, querida Gres. Trabajo impresionante lleno de detalles. ¡Mis más sinceras felicitaciones!.
ResponderEliminarmuy bien documentado. Animo para seguir
ResponderEliminarCompletísima panorámica de locales, aún en activo, que, desde hace mucho tiempo, atestiguan el cuidado del comercio tradicional por el buen gusto y el respeto a su público y clientela.
ResponderEliminarMuy cierto Pepe, los que quedan desde luego que los cuidan y valoran. Es una lástima que sea tan costoso y muchos hayan tenido que cerrar. Un abrazo.
EliminarGracias Belén. ¡Qué pocos comercios antiguos nos quedan! Se agradece que algunas personas los mantengan. Un abrazo.
ResponderEliminarSeguiremos Javier. No conozco muchos más comercios tradicionales, pero sí que hay muchos con fachadas interesantes. Gracias por el comentario.
ResponderEliminar¡Qué pena, Gres, que la tienda de mi padre ya no esté...! Estaba decorada por Navascués y era una sastrería-camisería en Moros, se llamaba Luis Menéndez. El letrero de neón aún lo conservo en casa. Si alguna vez hicieras reportaje sobre los antiguos negocios que ya no existen, dímelo y te mandaré lo que tengo. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarUn gran sastre tu padre,mi padre era cliente y amigo.
EliminarEl chaqué de novio de mi marido se lo hizo el también.
La tienda pequeña pero muy bonita
Creo que la conozco y recuerdo haber estado en ella. Pienso que era la que se encontraba junto a la casa que se derrumbó. El bajo de una casa pequeña sin adornos pero que me gusta mucho. Sólo pintada en grises. Gracias por tu ofrecimiento. Lo recordaré. Un abrazo y feliz comienzo de invierno. Seguro que una época guapa en Amieva.
ResponderEliminarEn este local combertido hoy en día en un café (Café Moros) solemos ir asiduamente mi marido y yo,nos encanta y tienen un café excelente,me recuerda al que tomamos en Turín cuando vamos en verano.
ResponderEliminarA mi también me gusta mucho. Voy, sobre todo en invierno, a tomar el café por la mañana. Es un sitio muy agradable. Un saludo, Sumi
ResponderEliminarBuenos días, como tienda de alimentación La Esquina de Gijón lleva ininterrumpidamente desde 1955, seriamos la segunda más longeva de Gijón. Saludos y gracias por el post.
ResponderEliminarNo vivo en Gijón, pero voy cada año.Mi padre nació en el edificio de "Singer" y, desde que quitaron la tienda,no recordaba donde era, y no queda nadie a quién preguntar.
ResponderEliminarGracias.
Efectivamente...en Madrid, los comercios desaparecen de la calle y de la memoria aún más rápido.
Pues Singer está en la calle de los Moros. Conservaron muchas cosas del local y el edificio está muy bien conservado. No dejes de pasar a verlo cuando vengas, es precioso. Y sí, los comercios desaparecen y aparecen otros que hacen que olvidemos los anteriores. El comercio antiguo tenía personalidad porque se hacía para que durase. Un saludo
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