El gran arco de ladrillo en la avenida de la Pecuaria, junto a la antigua granja de la Universidad Laboral (hoy UNED), era la entrada a la finca del II Duque de Riansares y de Tarancón, Fernando María Muñoz y Borbón, hermanastro de Isabel II.
Aunque en Somió era conocida como la Quinta del Duque o Montealegre, terminó siendo la Pecuaria al haberse convertido durante casi setenta años en Estación Pecuaria Regional.
Para reconocer la propiedad hay que seguir el muro de piedra existente. Desde los tramos más cercanos al otro lado de la rotonda hasta su continuación junto al paredón por el Camino de los Claveles (a la derecha) o por el Camino de las Gardenias ( a la izquierda).
Camino de las Gardenias. Un trozo del muro cortado a la izquierda y su continuación a la derecha |
Camino de los Claveles |
La finca llamada Montealegre fue adquirida alrededor de 1882 por Fernando María Muñoz y Borbón, hijo de Mª Cristina de Borbón Dos Sicilias (cuarta esposa del rey Fernando VII y madre de la reina Isabel II) y su nuevo esposo Agustín Fernando Muñoz y Sánchez.
Fernando María Muñoz y Borbón contrajo matrimonio con la asturiana Eladia Bernaldo de Quirós y González Cienfuegos y vivieron en Montealegre hasta su muerte en 1910.
Escudo de ocho fajas en el exterior de la finca con la figura central deteriorada |
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Escudo de armas de los Muñoz. Interior de la finca |
Aquí se hospedaron durante sus visitas la reina gobernadora, Mª Cristina de Borbón, y su marido. Esta ambiciosa pareja tenía intereses en la industria, el carbón, el ferrocarril, las fábricas... y en todo lo que reportaba riqueza. Y es que en aquellos años Asturias disfrutaba de un gran desarrollo económico.
La casa palacio rodeada de árboles, un cenador y huertas en la época en que ya era la Pecuaria. En el ángulo inferior derecho se ve el Camino de los Claveles
|
En
Montealegre levantó
el duque una casa palacio de tres plantas, con oratorio, cochera y
cuadras y dedicó la mayor parte a cultivo agrícola y arbolado.
Mantuvo jardines, establos y huertas en casi toda su superficie.
Cuenta Manuel Cima García, perfecto conocedor del lugar y director de la Pecuaria, que medía cerca de 114.000 metros
cuadrados, equivalentes a unos 90 días de bueyes (*).
(*)
Día de bueyes es el terreno que puede arar una pareja de bueyes en
un día. Es una medida de tipo rural que aún, cada vez menos, se
emplea en Asturias.
Tras la mancha de árboles está la casa palacio empleada como oficinas, laboratorios y centro de reproducción animal. En semicírculo hay establos y cuadras y delante hay una extensión libre para la suelta de animales. En el medio una hilera de tilos señala una de las entradas a la finca. La otra mitad son campos para forraje
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La finca la compró en 1933 el Ayuntamiento de Gijón a los herederos para instalar una estación agropecuaria. Durante la Guerra Civil se utilizó como cuartel de un regimiento de infantería lo que provocó, debido al frío, la tala de parte de su arbolado.
El Castillín. Antiguo cenador transformado en depósito de agua. Foto de 2014 |
Finalizada la guerra se puso en marcha la Estación Pecuaria Regional reutilizando las construcciones existentes. Hasta 1970 tuvo lugar su desarrollo, dentro del que estaba el fomento de la ganadería (vacas, bueyes, mulas, caballos, además de la producción porcina y avícola). También mantuvo la explotación de huertas, pastos y forraje.
Se trabaja posteriormente con las nuevas técnicas de inseminación artificial hasta que centra su actividad en la selección ganadera y la investigación en materia de reproducción de las especies vacunas de más importancia en la región.
Se trabaja posteriormente con las nuevas técnicas de inseminación artificial hasta que centra su actividad en la selección ganadera y la investigación en materia de reproducción de las especies vacunas de más importancia en la región.
Entre los elementos de la antigua quinta que se conservan están el depósito, el puente, una panera, unos cuantos árboles centenarios, la hilera de tilos, las barandillas de ladrillo que rodeaban la casa y una parte considerable del muro de piedra.
Desde el Camino de las Gardenias se ve la panera, la barandilla y el depósito. |
Hileras de tilos en la entrada opuesta al arco de ladrillo. A la izquierda la residencia de mayores. Foto de 2018 |
Hileras de tilos con un edificio de la Pecuaria en pie. Año 2014 |
Entrada a la Pecuaria en el Camino de Los Claveles. |
Desde 1990 a 2005 se dedica, sobre todo, a la investigación y mejora de la reproducción y selección ganadera.
En 2007 se traslada la Pecuaria a las parroquias de Deva y Cenero. La finca de Somió se cierra.
Hoy, demolidos los establos, cuadras y dependencias, esta extensa propiedad ha retornado al Ayuntamiento. Aun se desconoce su destino.
El libro de Manuel Cima García, director de la Pecuaria durante casi 25 años, La Estación Pecuaria de Asturias (Somió, Gijón) 1933-2005 que utilicé para hacer esta entrada, es una publicación muy recomendable y entretenida además de fácil lectura. Da fe del excelente funcionamiento y organización de la Pecuaria y de sus notables rendimientos. Un texto con abundancia de fotografías y datos
Cuenta algún hecho curioso como el de las dificultades para la cría caballar que estaba reservada al Arma de Caballería del Ejército desde 1864. Y cómo posteriormente, a pesar de haberse derogado la normativa, dicha cría se mantuvo bajo la supervisión militar siendo un constante foco de conflictos.
El arco de Jove
Otro hecho curioso es la existencia en Jove de un arco exactamente igual al de la Quinta del Duque.
Se encuentra en la parte elevada de la parroquia.
Es la entrada a la finca conocida como Atalaya que desde hace años está ocupada por una residencia geriátrica.
La casa conserva algún rasgo original, aunque está bastante reformada. Frente a ella hay un pequeño jardín.
El buen estado del arco hace pensar que podría ser una réplica más reciente. Sin embargo, hace años que Pedro Hurlé Manso describió los escudos de esta finca de Jove.
Ignoro si se retiraron del arco o si están en el interior de la casa.
Un post semejante a éste lo publiqué en el blog hace más de un año. Un buen día desapareció. Así que antes de que la Quinta del Duque o la Pecuaria, como se prefiera, quede sepultada bajo una nueva urbanización, lo he reescrito. Quizás alguna persona curiosa quiera echar una ojeada al lugar que tanta historia de Gijón concentró dentro de sus muros de piedra.
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