Dando un paseo por la senda costera, a la altura de la casa de Rosario Acuña, se pasa entre dos conos de piedra de más de cuatro metros de altura. Forman parte de la serie de indicadores marítimos que, aunque en desuso, aun se mantienen en pie.
A simple vista parecen conos pero de cerca se aprecia cómo a medida que se elevan van estrechándose hasta quedar achatados por un lado.
Hay cuatro torretas en la senda del Este. Dos junto a la casa de Rosario Acuña y otras dos en el parque de La Providencia.
La distancia cuando se va navegando, desde que dos se alinean hasta que lo hacen las otras dos es de una milla marina, es decir, 1852 metros.
INDICADORES DE ROSARIO ACUÑA
Las dos torretas de la Casa de Rosario Acuña |
Vista de la casa de Rosario Acuña con las dos torretas. Alrededor de 1970 cuando aun era una vivienda. Mucho antes de su rehabilitación para Escuela-Taller |
Antes de salir a alta mar los barcos realizaban pruebas de velocidad y de consumo de sus motores. Estos valores de rendimiento se establecían en recorridos de una milla marina medida. Estas torretas se construian ex profeso para poder ver la distancia exacta desde el mar.
La de más arriba está medio oculta por la vegetación de la casa de Rosario Acuña |
La situada más abajo, bien conservada, se ve entera desde la senda |
INDICADORES DEL PARQUE DE LA PROVIDENCIA
Las dos torretas vistas desde el parque de La Providencia |
Las dos columnas están deterioradas. La más cercana al mar, que además se encuentra en un terreno privado en el que hay un vagón de tren convertido en vivienda, está en muy mal estado.
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La de más arriba está sujeta con un cable al suelo y tiene la parte superior destrozada |
La inferior está oculta dentro de un terreno particular al lado de la senda |
Las pruebas de navegación a los barcos recién construidos, reparados o que tuviesen que verificar su rendimiento consistían en recorridos determinados a cierta distancia de la línea de costa, con una trayectoria prefijada, en
ambos sentidos y con los motores a potencia máxima. (Pruebas descritas en un BOE de 1970 que no he conseguido recuperar)
Señales como éstas, además de referencias terrestres para ubicarse en el mar, informaban de la cercanía de rocas, bancos de arena u otros obstáculos no visibles cuando la geolocalización no disponía de los actuales medios electrónicos e informáticos.
Recuerdan que una parte de la vida local estaba vinculada a la mar, a la industria naval, a la presencia constante de barcos en el horizonte, al trabajo en muelles y astilleros... Restos que todavía se encuentran en la costa y que atestiguan un ayer de ciudad portuaria.
Pero este paseo por la senda se puede aprovechar para ver algunas cosas más. Un vagón de tren y un puente de barco, instalados en mitad del prao y convertidos en viviendas. Dos bunkers de la Guerra Civil, uno dentro del parque y otro cerca del acantilado. Y, como no, el mirador que recrea la proa de un barco y que vemos desde la playa.
Señales como éstas, además de referencias terrestres para ubicarse en el mar, informaban de la cercanía de rocas, bancos de arena u otros obstáculos no visibles cuando la geolocalización no disponía de los actuales medios electrónicos e informáticos.
Recuerdan que una parte de la vida local estaba vinculada a la mar, a la industria naval, a la presencia constante de barcos en el horizonte, al trabajo en muelles y astilleros... Restos que todavía se encuentran en la costa y que atestiguan un ayer de ciudad portuaria.
Pero este paseo por la senda se puede aprovechar para ver algunas cosas más. Un vagón de tren y un puente de barco, instalados en mitad del prao y convertidos en viviendas. Dos bunkers de la Guerra Civil, uno dentro del parque y otro cerca del acantilado. Y, como no, el mirador que recrea la proa de un barco y que vemos desde la playa.