Siguiendo el recorrido por el muelle iniciado en el blog recientemente nos encontramos ante la casa de un notable naviero vasco, afincado en Gijón, del siglo XIX, Don Óscar Olavarría y Lozano. Un edificio de tres fachadas orientadas a la calle Claudio Alvargonzález, a la Escalera del Muelle y a la calle Óscar Olavarría.
Durante décadas fue el inmueble más alto de la zona y su sobresaliente casetón, un excepcional mirador sobre el mar Cantábrico. Se levantó en dos fases. La primera, de la que no hay documentación en el Archivo Municipal, tiene viviendas, despachos, bajos comerciales y almacenes. Años después, en 1883, se amplía con un segundo edificio con entrada independiente pero que mantiene idéntico aspecto exterior, proyectado por José Bolado, Maestro de Obras.
La separación entre la construcción inicial y su ampliación se ve en el entrepaño comprendido entre los tres huecos de la izquierda y el resto |
El artículo publicado en La Nueva España por Francisco Prendes Quirós sobre Óscar Olavarría permite comprender lo que representó el propietario del edificio en el desarrollo local.
Una construcción, dice además, realizada al estilo de otros navieros europeos que tenían su casa, oficina y almacenes frente a los mismos puertos en que fondeaban sus barcos.
Detalle de los huecos de la fachada principal |
Ventanas de la fachada lateral y posterior |
Dentro de su sobriedad destacan algunos adornos como las molduras decoradas que enmarcan los huecos en las tres fachadas, las grecas entre las plantas, los discos metálicos intercalados, el trabajo de forja o los cristales emplomados.
Disco de metal que remata las vigas maestras que apuntalan la estructura interior |
Grecas y otros adornos entre los balcones que dan al muelle.
Fachada principal en la que, entre otros detalles, se ven las repisas que soportan balcones y miradores. Las del entresuelo son de hierro |
La base de los balcones de la entreplanta tienen adornos hacia la calle. Proceden, según el artículo de Prendes Quirós, como el resto de elementos metálicos de la Fundición Kessler, Laviada y Compañía.
Por el lado derecho está la Escalera del Muelle. En Las calles de Gijón. Historia de sus nombres de Luis Miguel Piñera (piedra de toque para obtener información precisa del origen de muchos rincones) leo que en 1899 se conocía como Travesía de la Escalinata entre Abtao (actual Claudio Alvargonzález) y San Juan Bautista (actual Óscar Olavarría). Construida para salvar el desnivel entre estas dos calles tenía poco uso al preferir los vecinos las cuestas sin escalones.
Fachada lateral vista desde la Escalera del Muelle. Permanece semioculta debido al edificio colindante |
Las iniciales del aldabón corresponden al siguiente propietario, Manuel Hartasánchez, en cuya familia permaneció hasta la década de los ochenta del pasado siglo |
La entrada principal esconde un magnífico portal de gran altura con una bóveda de cuarterones policromados. La escalera se va dividiendo en pasillos laterales que comunican las viviendas con el portal posterior, de menor categoría, y permite acceder a la lucera que sobresale del tejado y que proporciona una privilegiada vista sobre el mar. Un portal que es otra de la joyas ocultas de Gijón.
Un apunte sobre Manuel Hartasánchez Gutiérrez, siguiente propietario del edificio
Natural de Poo de Llanes, emigró a Cuba donde hizo fortuna. Al retornar a su tierra natal en 1910 se hizo construir en Poo una casa de verano que aún se conserva, La Javariega, sede originaria de FAPAS (Fondo para la Protección de los Animales Salvajes) cuyo fundador fue Roberto Hartasánchez. El arquitecto de esta casona de estilo indiano fue Manuel del Busto Delgado. Es fácil suponer que el traspaso de la propiedad de Olavarría a Manuel Hartasánchez tendría lugar en la misma época.
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Los hijos de Manuel Hartasanchez aun tienen parte de esta propiedad. Otra parte la fueron vendiendo por pisos desde finales del siglo pasado. Yo soy uno de los orgullosos propietarios del único edificio civil totalmente protegido de Gijon.
ResponderEliminarComo anecdota constructiva, indicar que los rosetones metalicos entre las grecas son en realidad los topes de las cerchas que unen el muro maestro de las fachadas y el muro maestro interior del gran hueco de la escalera debajo del caseton (una especie de grandes varillas roscadas con tuerca final de contención). Este sistema constructivo propicio su buena conservación durante casi 150 años
En realidad son los topes de los tirante que como muy bien dices atirantan muros exteriores y hueco de la escalera y muro exterior a muro exterior en la zona este del edificio
EliminarGracias por la estupenda descripción de las piezas metálicas de la fachada. Es muy interesante, como toda la construcción de la casa. Conozco hace años algunas partes interiores del edificio Olavarría y me parece espectacular. Enhorabuena por vivir en una casa tan guapa. Para mí, una de las mejores del muelle. Siempre que paso por delante la miro un rato y siempre descubro algún detalle diferente. Un saludo y bienvenido al blog. Pepa
ResponderEliminarUn placer, Pepa. Como habitante de Cimadevilla siempre conocí este edificio, el mas antiguo del muelle y siempre estuve interesado en el. Nada mas que pude me hice con un hueco en su interior.
ResponderEliminarUno de sus espacio mas interesantes en su interior es el loft que hizo el arquitecto de interiores Jose Antonio Menendez Hevia para establecer su estudio. En este link tienes un buen reportaje:
http://nuevo-estilo.micasarevista.com/casas-lujo/estudio-y-vivienda-de-jose-antonio-menendez-hevia
Muchas gracias por el enlace, Kike. Ya entré a verlo y es fantástico comprobar cómo se integran los elementos antiguos en un piso moderno. Me alegra que haya gente que valore estos edificios antiguos porque son sólidos y están muy bien construidos y además tienen un estilo y carácter propios. Los que vivimos en casas con más de 100 años lo sabemos. Un saludo. Pepa
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