El nombre de Cimadevilla comenzó a utilizarse en el siglo XVII para diferenciar la ciudad antigua y el núcleo marinero de la zona que comenzaba a crecer conocido como Bajovilla. Así se explica en la Guía de Gijón de Moisés Llordén y Arturo Arias.
Además de la Cimadevilla marinera con el caserío que, aunque rehabilitado, conserva la fisonomía y plano del barrio de pescadores, se encuentran otros testimonios de la ciudad antigua. Capillas, casas nobles, cuarteles y posiciones defensivas, vestigios romanos e incluso una estatua del escultor vasco, Chillida.
La Colegiata de San Juan Bautista, adosada al palacio de Revillagigedo, fue fundada alrededor de 1700. La torre de estilo barroco tiene almohadillado en las esquinas. Una portada lateral de columnas jónicas y un medio frontón con hornacina central, también tiene almohadillado a los lados. Al frente, unas escaleras la comunican con el muelle
Capilla de la Soledad construida en 1674 por los Valdés Llanos, familia cuya casa solar
cercana tiene un patio de columnas digno de verse. Actualmente es un
restaurante. La capilla muestra una fachada con puerta almohadillada y dos
medallones con motivos bíblicos. Fue sede del gremio de mareantes
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La Casa de Paquet frente al muelle es una obra del arquitecto Miguel García de la Cruz de 1918. Una construcción de estilo montañés con decoración renacentista en la que destaca el magnífico balcón de esquina.
Perteneció a esta familia de armadores que mantiene la consignataria en el bajo, en el que también está el consulado de Francia.
Otro tramo de las Murallas romanas tras el Palacio de Revillagigedo |
Las murallas romanas son del siglo III-IV d. J.C. Han salido a la luz en los años 90 del pasado siglo durante las excavaciones dirigidas por la arqueóloga Carmen F. Ochoa.
El recrecido de una parte de la muralla y el dibujo en las baldosas del Campo Valdés permiten ver su recorrido y forma.
Una vez derruidas fueron elevándose construcciones sobre sus cimientos. La antigua Torre del Reloj, el Colegio Santo Ángel y la iglesia de San Pedro son algunas de ellas
La Batería Baja, junto a la Casa de las Piezas en la subida al Cerro por la calle Artillería, conserva también puestos artilleros con orientación oeste. Hoy está restaurado formando un pequeño parque que hay que recorrer hasta el borde del acantilado.
En el lado opuesto del Cerro, frente al Club de Regatas, desemboca la calle Batería, donde estuvieron las defensas de Gijón que miraban al este.
Cimadevilla tiene mucho que ver. Cambia del día a la noche y del verano al invierno. Todo al alcance de nuestra vista.
No incluyo la Fábrica de Tabacos, antiguo Convento de las Agustinas Recoletas del siglo XVII, porque su rehabilitación lo mantiene oculto desde hace tiempo.
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