En las últimas décadas del siglo XIX se fue configurando el centro de la ciudad con el trazado y alineación de diferentes calles, una de ellas la calle Munuza. En este mismo periodo tiene lugar el retorno de los capitales indianos, con el consiguiente aumento de las inversiones inmobiliarias.
Como consecuencia de todo esto, en el tramo de Munuza comprendido entre las calles San Bernardo y Moros se va a construir un conjunto de edificios de importante valor arquitectónico: los antiguos Almacenes Simeón, el Banco de Gijón, la casa número 1 cuyo bajo ocupó la Droguería Asturiana, la número 3 en la que se mantiene dicho comercio, y la casa de esquina con Moros que fue taller de joyería.
Los Almacenes Simeón estuvieron durante años en el bajo de un monumental edificio al principio de la calle.
Se construyó sobre una finca de la familia Suárez Infiesta que tenía casa, panera y pozo. Se conocía como "casa del Probón" ("Gijón en el recuerdo", V. Labrada) |
Fue uno de los primeros edificios de gran tamaño, con cinco plantas y catorce viviendas comunicadas por escaleras y ascensor. Gumersindo García Cuervo fue su promotor.
Presenta un aspecto grandioso y el arquitecto Luis Bellido volcó en él su formación y gusto por el estilo clásico.
Tiene tres fachadas de sillares, a la calle San Bernardo, Munuza y La Merced y en cada una de ellas hay columnas, arcos, balaustradas de piedra, grecas, cornisas, ménsulas, pilastras, capiteles con volutas y muchos y variados motivos decorativos.
En la parte inferior se ven capiteles y decoración vegetal y bajo la repisa superior, ménsulas sobre pilastras. La rejería del balcón se limita con muretes |
Los miradores de metal tienen una decoración distinta en la parte superior y en las esquinas de cada planta. También hay diferencias en los balcones.
Los remates del edificio alternan frontones con forma de concha, flanqueados por copones, y tramos de balaustrada. Bajo la cornisa están dispuestas varias cartelas con las iniciales GC del propietario. La misma decoración rodea las dos cúpulas que coronan las rotondas de las esquinas.
Cuando en 1901 se construye este edificio, los promotores invertían sobre todo en casas de dos o tres plantas. Este es uno de los primeros grandes edificios de viviendas para gente adinerada que se instalaba en el centro urbano.
Todas las plantas reúnen miradores, balcones, ventanas, forjados y detalles decorativos que son más suntuosos en los primeros pisos.
Entre las curiosidades del edificio, además de las doce cartelas con las iniciales GC en las tres fachadas y en el montante del cortavientos del portal, está el sistema de bajantes empotrado en los muros y protegido con unas grapas de metal.
Cúpula vista desde una azotea |
Detalle decorativo en la planta baja |
Portal en San Bernardo 30 |
En el interior del bajo comercial, se pueden contemplar las grandes columnas de hierro que soportan el edificio y que proceden de la fundición La Unión Industrial de Oviedo.
También se conservan en las paredes trozos de los mosaicos que decoraban Almacenes Simeón.
A este enorme local se trasladó la
Oficina Central de Correos de la plaza del Seis de Agosto durante su
rehabilitación. Posteriormente fue oficina de la Agencia Tributaria hasta la
inauguración de la nueva sede en la calle Marqués de San Esteban. Actualmente
hay un Opencor.
A pesar de ser una construcción de gran envergadura está situada entre calles estrechas. Sin embargo el mirador perfecto para rastrear cada rincón está en la calle La Merced, frente a la fachada del mediodía. Una zona luminosa, con algo de distancia, muy poco tráfico y bastante tranquilidad.