Cuando en 1868 se derribaron las fortificaciones de Gijón uno de los espacios liberados se convertió en el parque de Begoña; en un lateral había una pequeña plaza conocida como los Campinos de Begoña.
Aquí se construye en 1929 una pérgola con estanques para patos, al tiempo que se embellece el resto del parque con árboles, parterres, farolas, cenadores y bancos.
Por esta razón se da tantas veces a este lugar el nombre de Los Patos.
La iglesia de San Lorenzo también se construyó en terreno de las antiguas fortificaciones |
La pérgola la diseñó el entonces concejal de Jardines del Ayuntamiento, Arturo Truan, y se convirtió en uno de los espacios públicos más populares.
En Los Campinos, en 1930, se inauguró la traída de aguas del manantial de Perancho (Nava).
El acto consistió en abrir ante la ciudadanía
dos enormes grifos en el estanque.
En 1968, casi cuarenta años después, la pérgola fue derribada para
construir en su lugar una anodina plaza dedicada al Alférez Provisional.
En 1992 se lleva a cabo la remodelación del parque de Begoña y se incluye, por suerte para Gijón, una réplica de la pérgola de Arturo Truan. Es la que hoy conocemos.
La pérgola con forma de H está alineada con un tramo de Begoña |
Edificios de la calle Covadonga. Delante, con color rojo de otoño, los liquidámbares |
Está recubierta de azulejo blanco y cobalto con un dibujo geométrico. El suelo de baldosa también reproduce el antiguo.
La cubierta de vigas de madera con enredaderas da sensación de pasadizo.
Los pilares de la pérgola descansan en un estanque con cubetas de nenúfares.
Alrededor hay bancos, árboles y terrazas de verano e invierno que aprovechan la buena orientación.
En una de las columas, esta placa recuerda su origen.
La calle Covadonga es un eje de paso casi obligado para quien se mueve por el centro.
Así que en algún momento hay que cruzar la pérgola, sentarse en uno de sus muretes y mirar los edificios que la rodean. Con tiempo porque hay cosas muy interesantes.
Así que en algún momento hay que cruzar la pérgola, sentarse en uno de sus muretes y mirar los edificios que la rodean. Con tiempo porque hay cosas muy interesantes.
Casa de finales del XIX. En la rehabilitación se le añadieron dos plantas. En el bajo estuvo durante años la tienda de deportes Garaje Covadonga |
Iglesia de San Lorenzo. Estilo neogótico. Obra de finales del XIX del arquitecto Luis Bellido. Reconstruida en 1940 |
Un edificio moderno en consonancia con los de alrededor. Ante él hay hileras de robles americanos y tuliperas de Virginia cerrando ese lateral |
Las fotografías en blanco y negro de la inauguración en 1930 de la traída de aguas, pertenecen al libro "Historia de Gijón en Fotografías. Siglo XX", de Juanele.
muy guapo
ResponderEliminarGres, poco a poco vas construyendo un impecable archivo que algún día será fundamental para nuestra historia. Gracias por lo que estás haciendo por la ciudad. Fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias Javier, me alegro que te guste.
ResponderEliminarSí, es verdad que poco a poco van saliendo cosas de este Gijón inagotable. Un abrazo Belén
ResponderEliminarMe encanta ver estas fotos y comentarios de como se fue formando Gijón, gracias
ResponderEliminarEs una pena el engendro actual, con esos círculos que poco significan en un estanque sin vida y mal pintado, deberían haber tratado de imitar en lo posible el antiguo, de los 60.
ResponderEliminar